Hoy se presenta un día tremendo de calor por lo que voy a estar poco tiempo en la cocina para irme enseguida a la playa. Espero que hayan quitado la bandera roja que ondeaba ayer en Cabo de Palos porque lo de mojarme solo los pies no lo llevo muy bien. A lo que iba, la receta de hoy es una ensalada con una fantástica mezcla de sabores que espero que os guste muchísimo.
Ingredientes: (para cuatro personas)
200 gramos de espinacas baby
300 gramos de melón (la variedad que más os guste)
Un puñado de arándanos azules
200 gramos de queso de cabra
2 cucharadas de semillas de sésamo tostado
Un puñado de hojas de hierbabuena fresca
Para el aliño:
Aceite de oliva
Vinagre balsámico
Sal
Pimienta
Preparación: En la fuente en la que vayáis a servir la ensalda, ponéis en el fondo las espinacas lavadas, escurridas y secadas con papel absorbente; encima y por este orden: el melón cortado a trozos, los arándanos, el queso troceado, el sésamo y, por último, la hierbabuena. Los ingredientes del aliño los batís con unas varillas o un tenedor en un cuenco y lo añadís cuando vayáis a comer la ensalada. Observaciones: Esta ensalada es vegetariana, si queréis una alternativa crudívora, solo tenéis que sustituir el queso de cabra por unos granos de granada, uvas o uvas pasas.
Cómo me gusta comerme un corte de helado y, claro, si encima es hecho en casa, ¡ya es la bomba! Chocolate, vainilla y fresa, los sabores preferidos de casa. El mío, sin embargo, es el de tutti frutti. Ese ya lo haré otro día y será enterito para mí. Seguimos disfrutando del verano, de los días largos, del calorcito, de la playa...
Ingredientes:
500 ml de nata para montar
300 gramos de leche condensada
60 gramos de cacao puro sin azúcar (Valor)
Un cucharada colmada de pasta de vainilla
150 gramos de fresas
2 yogures tipo griego
Una cucharada de azúcar
Obleas para helado
Preparación: Es un helado facilísimo de preparar y solo os hacen falta unas varillas eléctricas. El día de antes tenéis que meter la nata en el frigorífico para que esté muy fría y, si podéis, también el cuenco en la que vayáis a batirla. Necesitáis un molde de plum cake que cubrís con papel film. Batís la nata hasta que esté montada y la reserváis. En un bol ponéis 150 gramos de leche condensada y el cacao y mezcláis. Cuando esté mezclado le añadís 250 gramos de la nata montada. Mezcláis de nuevo. Y lo vertéis en el molde. Lo metéis en el congelador. En otro bol mezcláis otros 150 gramos de leche condensada con la vainilla, le añadís 250 gramos de nata montada, sacáis el molde del congelador volcáis la mezcla de vainilla. De nuevo al congelador. En un cazo pequeño ponéis las fresas lavadas y troceadas con una cucharada de azúcar. Cuando se hayan deshecho las metéis en el vaso de la batidora con los dos yogures y lo batís. Sacáis el molde y ponéis la última capa del helado de fresa. En unas seis horas estará listo para tomar. Mejor de un día para otro. Así te aseguras que haya cuajado del todo. Hala, a disfrutar de un corte de helado y a recordar los veranos de cuando éramos pequeños. ¡Qué nostalgia! Observaciones: Podéis hacerlo solo de vainilla y chocolate. Se desmolda fácilmente. Acordaos de mojar el cuchillo con agua caliente cada vez que vayáis a cortar un trozo.
Tarea titánica la del reto Cooking the Chef de este mes: elegir una receta de Anna Olson. Esta pastelera y chef, que toca todos los palos y que tiene cientos y cientos de recetas y todas estupendas. Al final, he recurrido a una para los amantes de las golosinas, en general, y de las nubes, en particular. El resultado no puede ser más espectacular. Ahí van los coconut marshmallows de Anna Olson.
Ingredientes:
Un coco
30 gramos de azúcar glas
40 gramos de harina de maíz (Maizena)
8 gramos de gelatina
3 claras de huevo
300 gramos de azúcar
2 cucharaditas de extracto de vainilla
Una cucharadita de extracto de coco
270 gramos de chocolate blanco de cobertura
Preparación:
Lo primero que vais a hacer es disolver en un cuenco la gelatina en 6 cucharadas de agua y la reserváis. Ahora hay que preparar un merengue italiano, para lo que vais a batir las claras a punto de nieve medio con 150 gramos de azúcar. Después preparáis un almíbar, para lo que ponéis media taza de agua en un cazo con los otros 150 gramos de azúcar. Lo dejáis cocer hasta que alcance los 115 grados –es necesario que tengáis un termómetro de cocina– y se lo echáis a las claras montadas y batís a velocidad rápida. Mientras el merengue está caliente, le añadís la gelatina y seguís batiendo hasta que se enfríe un poco y empiece a espesar. Agregáis ahora el extracto de vainilla y el de coco. Vertéis la mezcla en un molde cuadrado, forrado con papel vegetal y éste aceitado; dejáis que se extienda sola y que cuaje. Necesita por los menos dos horas. Cuando esté lista la masa, esparcís sobre la tabla de cortar una mezcla con el azúcar glas y la maizena y volcáis el molde con la masa. La cortáis en tiras y estas en cuadrados con un cuchillo que untaréis con la misma mezcla de la tabla. Mientras se endurece la masa de las nubes, partís el coco con un martillo, le sacáis la pulpa, la peláis con un cuchillo o un pelador de verduras y la trituráis con una picadora. La extendéis en una bandeja de horno con papel vegetal y la tostáis a 180 grados unos 10 minutos. Cuando tengáis las nubes cortadas, fundís el chocolate blanco en el microondas en tandas de 30 segundos y las bañáis hasta la mitad en éste y luego las pasáis por el coco rallado. Dejáis reposar unos minutos hasta que el chocolate se solidifique.
Observaciones: Si os da pereza preparar el coco, podéis comprarlo rallado, pero no es los mismo que el natural tostado en casa. Con estas cantidades han salido 28 nubes. En este enlace tenéis todas las maravillas de Anna Olson.