Ingredientes:
- 250 gramos de chufa de Valencia
- Un litro de agua fría
- 110 gramos de azúcar
- 500 gramos de cubitos de hielo
Laváis las chufas –las encontráis en tiendas que vendan frutos secos–, las ponéis en un cuenco y las cubrís con agua durante 6 o 7 horas para que se rehidraten. Tenéis que cambiarles el agua un par de veces.
Las chufas, una vez rehidratadas, se enjuagan, se vuelven a cubrir de agua, se les añade unas gotas de lejía –¡ojo!, tiene que poner en el envase que es para uso alimentario– y se mueven continuamente unos minutos. Una vez finalizada la desinfección, se enjuagan dos o tres veces más hasta que desaparezca la lejía.
Ponéis las chufas en el robot de cocina que vayáis a usar –en mi caso Thermomix– y las trituráis 2 minutos, velocidad 5-10 junto a un cuarto del agua muy fría y 500 gramos de cubitos de hielo.
La pasta obtenida la tenéis que pasar por un colador de tela, oprimiéndola todo lo que podáis. Si no tenéis colador de tela podéis utilizar una gasa de bebé. El líquido que suelta lo ponéis de nuevo en el robot con el resto del agua (750 gramos) y el azúcar y mezcláis 50 segundos a velocidad 5.
Observaciones:
El Consejo Regulador D. O. Chufa de Valencia aconseja que debe enfriarse rápidamente a temperaturas del orden de Oº C y que la conservación se hace a temperatura igual o inferior a 2ºC.
A mí me gusta muchísimo más líquida y muy fría que granizada, pero sobre gustos...