Ingredientes:
- 500 gramos de boniatos
- Un trozo de jengibre fresco (20 gramos)
- 2 cucharadas de miel
- Azúcar moreno
- Jengibre en polvo
- 6 hojas de gelatina
Preparación:
Lo primero que vais a hacer es poner las hojas de gelatina en un bol cubiertas con agua para hidratarlas. Luego, peláis los boinatos y los partís en trozos pequeños. Lo mismo con el jengibre fresco. Ponéis boniatos y jengibre en una olla, los cubrís con agua, les añadís la miel y los cocéis hasta que estén tiernos. Cuando estén cocidos, les pasáis la batidora hasta conseguir un puré.
A ese puré le añadís las hojas de gelatina muy escurridas con la mano y con unas varillas removéis hasta que la gelatina desaparezca.
Ponéis la mezcla en una bandeja de cristal y la tapáis con papel film de manera que éste roce el puré de boniato.
En la foto de abajo lo podéis ver más claro.
Lo guardáis en el frigorífico 90 minutos o, si no tenéis prisa, de un día para otro.
Cuando esté listo, lo sacáis del molde, lo cortáis en cuadrados de tamaño bocado y los rebozáis en azúcar moreno molido al que habréis añadido una pizca de jengibre también molido.
Observaciones:
En esta ocasión, tengo varios tirones de oreja para los cocineros elegidos:
En los ingredientes, ponen dos boniatos así como si los boniatos fueran todos del mismo tamaño. Por lo tanto, he tenido que hacerlo a ojo para que el peso de la carne de boniato cuadre con las hojas de gelatina.
Un tanto de lo mismo ocurre con el jengibre. Como te descuides, por lo que pican, parece que las gominolas son de guindilla en vez de boniato.
El rebozado de azúcar se deshace enseguida al contacto con la carne de boniato y parecen bañadas en vez de rebozadas.
A pesar de lo anterior, están muy buenas y tienen, cómo veis, un color precioso.
Aquí tenéis el enlace con todas las recetas de los hermanos Torres.
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