Con la receta de ensaladilla rusa pasa como con la de magdalenas o bizcochos. En cada familia tienen la suya y todas buenísimas, claro. La de hoy es la de mi madre, con muchos, muchos variantes y mucho atún. Nos vuelve locos casi a todos, incluido mi hijo pequeño al que hay que escondérsela. En casa no se hace sólo en Semana Santa; al contrario, es muy habitual pero en estas fechas no falta. Y ya que me pongo, pues eso, a lo burro. Un taper de más de 3 kilos. Pero se acaba volando. Si venís a Cartagena, tenéis que probar una marinera: os la servirán encima de una rosca crujiente con una anchoa encima. ¡Inigualable!
Por cierto, feliz Domingo de Resurrección...con una hora menos.
Ingredientes:
- 2 kilos de patatas
- 400 gramos de variantes en vinagre: zanahorias, coliflor y pepinillos.
- 8 latas de atún en aceite de oliva. Unos 400 gramos escurrido.
- 2 bolsas de aceitunas sevillanas sin hueso. Unos 100 gramos.
- 6 huevos duros.
- 500 gramos de mayonesa
Preparación:
Empezáis lavando las patatas y cociéndolas con piel en la olla rápida. Unos doce minutos desde que empieza a pitar.
Las escurrís y dejáis que se enfríen. A la vez ponéis a cocer los huevos en un cazo. Otros doce minutos desde que el agua empieza a hervir.
Mientras se cuecen las patatas y los huevos, en un cuenco grande, partís las aceitunas y los variantes en trozos muy pequeños. En las puestos de encurtidos y aceitunas venden los variantes ya picados. Por aquí se le llama picadillo.
Cuando se enfríen los huevos, los partís también en trozos pequeños y al cuenco.
Ahora el atún: abrís las latas un poco, las ponéis en un colador boca abajo para que suelten todo el aceite y ponéis el atún en el cuenco de los variantes, las aceitunas y los huevos.
En cuanto estén frías las patatas, las peláis y las añadís al cuenco con el resto de ingredientes. Las chafáis con un tenedor. Ahora con una cuchara mezcláis todo con cuidado.
Ya sólo falta la mayonesa. En este caso con tanta cantidad la pongo comprada. Cuando hago menos ensaladilla, la hago en casa.
Abrís el bote de mayonesa y la echáis al cuenco, moviendo hasta que esté todo bien mezclado.
Mi madre la adorna con huevos duros y pimientos morrones.
Observaciones:
Con una cerveza bien fresquita es una gozada.
En casa tengo dos devoradores compulsivos de ensaladilla rusa. Jajajajaja. A ellos les dedico la receta de hoy.
Ahhh, y que no se me olvide: bienvenida la añorada primavera.
Como era de esperar la semana se ha pasado volando, es Domingo de Ramos y estamos a unas horas de que la primavera llegue oficialmente porque, de manera extraoficial, hace días que llegó. En plena Semana Santa qué mejor que una receta rapidísima que podéis tener preparada a falta del aliño. Salís tranquilamente de paseo y a la vuelta, todo listo.
Ingredientes:
- 400 gramos de pasta para ensalada
- 1/2 pechuga de pollo en filetes
- 300 gramos de tomates cherry
- 1/2 cebolla dulce
- 50 gramos de aceitunas negras sin hueso
- 100 gramos de rúcula
- 4 cucharadas de mostaza
- 4 cucharadas de aceite de oliva
- 4 cucharadas de miel
Preparación:
Lo primero, asáis los filetes de pechuga de pollo y los reserváis.
Cocéis la pasta siguiendo las indicaciones del paquete, la escurrís y la ponéis directamente en la fuente que vayáis a servir la ensalada.
En un bol ponéis el aceite, la miel y la mostaza y con un tenedor o unas varillas los batís hasta que estén muy bien mezclados. Añadís a la pasta la rúcula -lavada y escurrida- el pollo y la cebolla cortados -a vuestro gusto- las aceitunas y los tomates partidos por la mitad.
Ya sólo queda ponerle por encima el aliño cuando la vayáis a servir.
Observaciones:
Podéis poner el aliño por separado, por si a alguien no le gusta alguno de los ingredientes. Con una salsa vinagreta también está estupenda.
La elección de la mostaza la dejo a vuestro gusto. Ya sabéis que a mí la de la marca Louit al estragón me chifla.
La fuente de cristal es de Valentí y la encontráis en SEVRES.
Escribo esta receta cuando luce en Cartagena un sol maravilloso y ya se huele a primavera. Por eso nos vamos a ir a la playa a disfrutar del día y de la receta de hoy que cumple todos los requisitos de este blog: sencilla, rápida, económica y, sobre todo, deliciosa. Se trata de un risotto de butifarras para chuparse los dedos. Deseo que paséis una buena semana y, como el tiempo vuela, cuando nos volvamos a encontrar por aquí ya será Domingo de Ramos.
Ingredientes:
(Para cuatro personas)
- 300 gramos de arroz
- 150 gramos de butifarra blanca
- 150 gramos de butifarra negra
- 80 gramos de tomates secos
- 2 cebollitas francesas
- Un litro de caldo de pollo
- 100 gramos de queso parmesano
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta negra
Preparación:
Lo primero que vais a hacer es poner los tomates secos en un bol con un dedo de aceite de oliva y dejarlos allí un cuarto de hora. Mientras, ponéis el caldo de pollo a calentar, picáis las cebollas en trozos pequeños y las pocháis en la cazuela en la que vayáis a cocinar el risotto con un poco de aceite y sin dejar que tomen color.
A continuación, añadís el arroz y lo salteáis hasta que esté transparente. Agregáis un cucharón de caldo y dejáis cocer a fuego muy lento, sin dejar de remover, hasta que el arroz haya absorbido todo el caldo. Continuáis agregando el resto del caldo poco a poco y salpimentáis.
Agregáis los tomates escurridos y cocéis durante 15 minutos más removiendo sin parar. Ahora, salteáis las dos clases de butifarra cortadas en cuadraditos en una sartén sin aceite.
Pasados los 15 minutos, retiráis el risotto del fuego y le añadís las butifarras y el queso parmesano rallado. Removéis y servís inmediatamente.
Observaciones:
Como habréis leído es un plato rapidísimo y, más aún, si tenéis la cebolla y las butifarras cortadas, el queso parmesano rallado y el caldo de pollo caliente.
Este risotto está en otro recorte de revista de los que llenan "Mi caja de recetas".
La verdad es que no se por qué no la he publicado antes con la de veces que la he hecho y lo sencilla que es. Y me he animado porque el otro día la hice para una cena de "primas" y después de haberle hecho la fotografía, se me olvidó hacerle otra recién sacada del horno y, como cayó entera, no hubo posibilidad alguna, ni siquiera de un cacho. Y aquí estoy con esta séptima maravilla culinaria que además de estar de muerte, desprende un maravilloso olor allá donde vaya. Se trata de una rosca de pan rellena de pesto y queso. Abajo está cómo hacerla.
Ingredientes:
- Una rosca de pan o un pan redondo, a vuestro gusto. Yo hago las dos modalidades.
- 250 gramos de queso Emmental
Para el pesto:
- Un buen manojo de albahaca fresca (unos 100 gramos)
- 30 gramos de piñones
- 50 gramos de queso parmesano
- Un diente de ajo
- 100 ml de aceite de oliva
- Una cucharadita de sal
Preparación:
Primero hacéis el pesto: laváis las hojas de albahaca y las escurrís muy bien. Las metéis en el vaso de la batidora con el parmesano, los piñones y el ajo, y lo batís. Cuando esté batido le añadís el aceite y la sal y seguís batiendo hasta conseguir una especie de pasta para untar. Para terminar la receta sólo tenéis que tener un poco de maña para cortar el pan. El cuchillo tiene que llegar hasta el final del pan pero sin cortarlo del todo. Lo dividís en cuadrículas y las vais llenando, primero de pesto, y luego de trozos de queso.
Metéis el pan en el horno precalentado a 200 grados, sólo por la parte de arriba, y lo dejáis hasta que el queso empiece a derretirse.
La servís muy caliente y la idea es que los comensales saquen "con los dedos" los cuadrados de pan impregnados de pesto y queso. ¡Indescriptible!
Observaciones:
Un buen vino tinto y esta rosca y se olvidan todas las penas por un rato.
Para los más vaguetes, el pesto lo podéis comprar envasado, pero como siempre os escribo, no es lo mismo y es que además, se hace en un santiamén.
La albahaca que compro es de cultivo ecológico.
Que no va a ser todo pollo chow mein, choi sum, huevo fu, tofu picante, wasabi mayo, noodles o dim sum. Que sé yo que de vez en cuando, Ching-He Huang se da un homenaje y se hincha a galletas de almendras. Con esta receta participo un mes más en el reto Cooking the chef dedicado a la cocinera taiwanesa, afincada en Londres desde que tenía 11 añitos. Ya avisé a mis compas del reto que la mía no llevaba ni salsa de soja ni wasabi.
Estas galletas son todas para mi hija Leticia que se ha "peleado" con las cantidades de la receta original.
Ingredientes:
- 200 gramos de mantequilla sin sal
- 150 gramos de azúcar
- Un huevo batido
- Una cucharada de extracto de almendras
- 150 gramos de harina
- 90 gramos de almendras molidas
- La ralladura de un limón
Preparación:
En un bol grande, mezcláis con unas varillas eléctricas la mantequilla a temperatura ambiente y el azúcar hasta que queda una crema ligera y esponjosa. Añadís el huevo batido y el extracto de almendra y seguís batiendo. Ahora le añadís la harina tamizada, las almendras molidas y la ralladura de un limón y mezcláis todo hasta conseguir una masa homogénea.
Pasáis la masa a la encimera enharinada y amasáis hasta conseguir una bola. Dividís la bola en dos mitades y enrolláis cada una en forma de cilindro de unos cinco centímetros de diámetro. Envolvéis cada cilindro en papel film y los metéis en el frigorífico durante una hora. Si no vais a hacer las galletas enseguida, podéis congelar la masa.
Precalentáis el horno a 180 grados, sacáis los cilindros del frigo, les quitáis el papel film y los cortáis en porciones de medio centímetro de grosor más o menos. Ponéis las galletas en una bandeja con papel de hornear y las metéis en el horno hasta que los bordes estén dorados. En 15 minutos, aproximadamente, estarán listas. Tenéis que dejarlas enfriar 3 o 4 minutos en la bandeja antes de pasarlas a una rejilla para que se enfríen por completo.
Observaciones:
El extracto de almendra es fácil de encontrar. Yo uso el de la marca Wilton.
Tenéis que tener cuidado al manipularlas porque son muy frágiles.
Aquí tenéis la receta de Ching-He Huang:
http://www.cookingchanneltv.com/recipes/ching-he-huang/almond-shortbread-cookies.html
El atrezzo es de OASIS. Mi amiga Pepa ha llenado su tienda de maravillosa primavera.
Este es el enlace con todas las recetas del mes de febrero.