(para 6 personas)
- Un kilo de bonito
- Un kilo de patatas
- Un pimiento verde
- Una cebolla
- 4 dientes de ajo
- 2 tomates maduros
- Una cucharada de carne de pimiento choricero
- 2 guindillas
- Aceite de oliva, sal
- 2 puerros
- La cabeza, la raspa y las pieles del bonito
- Un litro de agua
- 2 ramas de perejil
- sal
Preparación:
Aunque lleve todos estos ingredientes, no os asustéis porque es un guiso facilísimo de cocinar, que está buenísimo de un día para otro –pese a que lleve patatas– y que cunde un montón.
Cuando vayáis a comprar el bonito le pedís al pescadero que le quite la piel, la raspa y que os lo trocee en tacos de tamaño bocado. ¡Ojo, qué no tire los despojos, que los vais a utilizar!
Para el caldo, ponéis a cocer en una olla el litro de agua, los puerros, las ramas de perejil, los desperdicios del bonito y un poco de sal. En 20 minutos estará listo.
Picáis la cebolla, los tomates, el pimiento y los dientes de ajo en trocitos y los rehogáis en una cazuela grande. Cuando las verduras estén bien pochadas, agregáis las patatas peladas y troceadas en pedazos más o menos iguales y las rehogáis durante unos minutos. Después añadís la carne de los pimientos choriceros y las guindillas, vertéis el caldo de pescado desespumado y colado y lo dejáis en el fuego hasta que las patatas estén cocidas –unos 20 minutos–.
Ha llegado el momento de añadir el bonito cortado en tacos. Con otros 5 minutos será suficiente para que esté listo. Ahora ponéis a punto de sal y, si os gusta, lo espolvoreáis con perejil picado.
Tenéis que dejarlo reposar fuera del fuego 10 minutos.Yo lo hago en una cazuela de barro porque mantiene estupendamente el calor.
Para tomar con este marmitako he elegido de la bodega de mi tienda preferida Soqum un vino blanco Carrasviñas Rueda Verdejo 2014 que le va que ni pintado o como se dice ahora, que hacen "un buen maridaje".
Los pimientos choriceros me los trajo Fernando de Bilbao. Muchas gracias.
Sobre éstos últimos, si os decidís a comprarlos en lugar de optar por el tarro de carne de pimiento, tenéis que meterlos en un bol con agua caliente y dejar que se hidraten. Cuando estén hidratados, los secáis, los partís por la mitad, les quitáis las semilla y el rabo y con un cuchillo arrastráis la carne pegada a la piel. No os desesperéis, pero para una cucharada de carne necesitáis varios pimientos.
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